Cuando la miel es pura y, por tanto, un alimento de excelente calidad, se cristaliza, pues es un estado natural de la miel de abejas. Si no es así, es que está adulterada, tal y como ocurre en todas las mieles que comercializan los supermercados.

La miel es un producto de origen natural, producida por las abejas a partir del néctar de las flores y secreciones de partes vivas de las plantas.
Dependiendo de la flor o planta de donde las abejas recolectan la miel encontramos distintos tipos de miel. Las más conocidas son la miel de romero, de mil flores, de azahar, de eucalipto, de brezo… Todas ellas presentan distintas texturas, aromas y sabor.

Si por algo destacan todos los tipos de mieles es por su pureza que, a diferencia de las adulteradas, mantienen todas sus propiedades y beneficios. Y sí, las mieles puras, tarde o temprano, se solidifican como prueba de ello, ya que se trata de un fenómeno natural.

Todas las mieles que han sido envasadas de manera industrial han tenido que ser calentadas por encima de los 40 grados para evitar la cristalización y poder realizar una mezcla homogénea (con mieles de diferente tipo y procedencia geográfica).

Para saber si una miel es pura o está adulterada, basta con mirar en su etiqueta si contienen glucosa comercial o jarabe de alta fructosa, que son los aditivos que se utilizan para evitar que la miel se solidifique.

La razón por la que se cristaliza la miel orgánica

La miel pasa a un estado más pastoso y sólido cuando a temperatura ambiente la glucosa presente en la miel forma una disolución sobresaturada que acaba formando pequeños cristales.

De esta forma, el color se vuelve más claro, pues la glucosa evoluciona y pasa de estar rodeada por varias moléculas de agua a estar unidas por una sola. Si esto ocurre, la única desventaja a la que nos enfrentamos es que tendremos más dificultad para extenderla con una cuchara, pero nada más.

Estos son algunos factores que influyen en la solidificación de la miel:

  • Procedimiento de obtención: Extracción, envasado y temperatura. La mejor temperatura para almacenar miel se sitúa entre los 18º y 24º.
  • Contenido en polen: Pequeñas partículas de polen, ceras, restos de abejas o burbujas de aire disueltas en la miel actúan como iniciadores de la cristalización de la miel.
  • Si hay más glucosa que fructosa, cristaliza antes.
  • Si la relación entre glucosa y agua es superior a 2,2, la cristalización es más rápida.

Para revertir el efecto de la miel solidificada, tienes que calentarla levemente al baño maría. Nada de meterla en el microondas o calentarla directamente en una cacerola, o perderás todas las propiedades nutritivas que contiene la miel.

Así pues, si la miel se solidifica daremos con todas las garantías de calidad y pureza del producto.