Entre muchos otros beneficios, la miel en el fitness es una gran aliada para fortalecer el cuerpo tras el entrenamiento. ¿Sabes por qué? Son muchos expertos quienes la recomiendan para recuperar el buen estado de nuestros músculos y volver en vida, con las pilas cargadas al máximo.

Descubre este curioso lado de la miel para el fitness.

Por qué la miel es beneficiosa en el mundo del fitness

Cuando hacemos deporte y nos tomamos en serio el entrenamiento físico, una de las primeras medidas que adoptamos es cambiar la alimentación.

Hay muchas recomendaciones sobre cómo seguir una dieta que nos ayude a conseguir nuestros propósitos para lograr una bonita figura, pero es probable que aún no te hayan hablado de la miel.

Al ser tan dulce, muchos descartarían el consumo de miel en fitness, sin pensarlo, ignorando cómo de equivocados están al hacerlo.

Aunque es cierto que la miel es un alimento con un alto contenido en azúcares, el correcto equilibrio entre fructosa y glucosa hace que el organismo la asimile a la perfección, de manera que la utilicemos para obtener energía.

Al realizar ejercicio físico, el organismo consume las reservas de glucosa que tenemos. La consecuencia es que no disponemos de la suficiente energía para afrontar un ejercicio físico de alta intensidad. Lo mismo ocurre al terminar el entrenamiento: después de haber desgastado nuestros músculos necesitamos reponer los azúcares y minerales perdidos para lograr una adecuada recuperación de las fibras musculares.

Además de los niveles de azúcar que hemos comentado que son beneficiosos, la miel tiene características antioxidantes y presenta vitaminas del grupo B que ayudan al funcionamiento del sistema nervioso central. A su vez, contiene minerales como el fósforo, el calcio y el hierro.

Todo ello hace que la miel sea uno de los mejores recuperadores musculares que existen y que se considere importante para el óptimo funcionamiento del corazón.

Cuándo debemos tomar miel en fitness

Para llevar a cabo un buen rendimiento deportivo, debemos ingerir miel antes y después del fitness, puesto que puede ser absorbida rápidamente por el organismo. Es decir, un poco de miel en el desayuno y, después, justo al terminar la sesión de entrenamiento. Eso sí, si queremos controlar la dieta, debemos hacerlo en pequeñas dosis.

No debemos olvidar que del 60 al 80% de la miel está compuesto por monosacáridos, es decir, azúcares simples que el organismo asimila directamente. Además, aproximadamente cada 100 gramos de miel ingerimos unas 325 calorías, lo cual es especialmente recomendable para quienes requieren de dosis extra de energía.

Por tanto, lo ideal es no sobrepasar una cucharada de miel en cada dosis.