Es tremendamente dulce, fácil de combinar con numerosos alimentos y, además, presenta propiedades curativas que muchos gurús de la medicina popular llevan defendiendo largas generaciones. Te explicamos todas las propiedades curativas de la miel.
La miel es un producto natural que, bien almacenada, puede durar mucho tiempo en nuestra pequeña despensa, protegida del sol, la humedad y las altas temperaturas. Por tanto, es fácil mantener también sus propiedades, siempre que no volvamos a calentarla. Pero ¿cuántas propiedades curativas tiene la miel?
Las 7 propiedades curativas de la miel que te conviene conocer
Como decimos, la miel presenta numerosos beneficios. Además de ser rica en nutrientes esenciales como las vitaminas del grupo B, A, C y D, minerales y oligoelementos como el hierro, el magnesio, azufre, potasio, etc; contiene muchas otras propiedades.
La miel contra gripes y resfriados: Tradicionalmente se conoce a la miel como remedio natural contra gripes y resfriados. Esto es debido a que la miel actúa como antiinflamatorio, antiviral y antimicrobiano. Prueba a hacer un caldo con abundante agua, tres cebollas, tres zanahorias, tres ramas de apio y tres grandes cucharadas de miel de romero. Notarás cómo se suaviza la garganta y se calma la tos.
La mejor aplicación sobre las heridas:
Una de las más populares propiedades curativas de la miel es su poder antibiótico y emoliente, lo cual evita la infección y baja la inflamación.
Según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Sidney, se confirman las propiedades curativas de la miel como potencial crema antibiótica de la medicina alternativa. El estudio explicaba que la miel diluida en una herida húmeda produce peróxido de hidrógeno, que es un conocido agente antibacteriano.
Regula el azúcar de la sangre:
Aunque no es recomendada para las personas diabéticas, la miel contiene un equilibrio entre la fructosa y la glucosa que hace que la glucosa sea absorbida adecuadamente, reduciendo así el nivel de azúcar en la sangre.
Buena para nuestro sistema digestivo:
Precisamente el nivel de fructosa que comentamos nutre las bacterias de nuestro intestino, y la fermentación que resulta de ello aporta agua a nuestro intestino grueso, actuando como laxante. Por tanto, es buena para casos de estreñimiento.
Un estupendo aliado para la dermis:
Gracias a sus propiedades calmantes, hidratantes y tonificantes, la miel es perfecta para nutrir la dermis y los nervios subcutáneos. Además, al ser rica en propiedades antioxidantes, la miel se utiliza también como regenerador y limpiador, lo cual abre toda una ventana hacia el mundo de la cosmética.
Un buen calmante para dormir:
La miel ayuda a que el triptófano entre en el cerebro con mayor facilidad para la secreción de melatonina. Un vaso de leche con miel es el remedio más antiguo para eliminar el estrés antes de ir a dormir.
Buena para la absorción de calcio
Si necesitas tomar suplementos de calcio, prueba a hacerlo con una cucharada de miel para aumentar la absorción de calcio para fortalecer los huesos.
Estas son solo algunas de las propiedades curativas de la miel, pero existen muchas más. ¿Conoce alguna otra?